sábado, 12 de junio de 2010

Guerras de las Amalgamas



La preocupación y las disputas en la comunidad médica y científica sobre la toxicidad o inocuidad del mercurio de las amalgamas, resultó en las llamadas“guerras de la amalgama”, guerras que han llegado a la actualidad y que, como toda guerra, han dejado y siguen dejando daños directos y daños colaterales.

1ª GUERRA DE LA AMALGAMA (1833): algunos odontólogos expresaron su preocupación respecto a la eficacia del mercurio como material; otros respecto a la intoxicación mercurial, pues ya era conocido el hecho de que la exposición al Hg daba lugar a claros efectos secundarios, incluso demencia y pérdida de coordinación motora. Inmersos en este “caldo de cultivo”, en 1840 el Dr. C.A. Harris funda la “American Society of Dental Surgeons(ASDS), la cual, ante las evidencias de efectos secundarios en portadores de amalgamas, prohíbe en 1845 a sus miembros el uso de la amalgama.

Durante la década siguiente algunos miembros de la ASDS fueron expulsados por mala praxis al

empastar con amalgama. Pero siguió habiendo defensores de la amalgama y disminuyó el número de afiliados a la ASDS, de modo que en 1855 la ASDS retiró la prohibición acerca del uso de la amalgama y se disolvió en 1856. En el lugar de la ASDS, surge en 1859, la actual American Dental Association (ADA) que defendía (y defiende) la amalgama como material dental seguro. Poco después se añadió estaño a la fórmula de la amalgama para mejorar las propiedades de ésta como material dental (reduciendo así la expansión que, anteriormente, llegaba a dar lugar a la fractura del diente/muela y/o a la protrusión de la amalgama sobre la cavidad dental).

Así, en 1860, con la presión de la industria, la prohibición quedó anulada y, en 1870 comenzó un “boom” de la amalgama bajo la recomendación del Dr. J.F. Flagg, que la presentaba como un buen material, libre de todo peligro. Había importantes razones económicas para la promoción de la amalgama como sustituto de otros materiales dentales, como el cemento, el plomo, el oro y el papel de aluminio (papel de plata). En 1895 se modifica la mezcla de metales en la amalgama para controlar su expansión y contracción. En 1916, el Dr. G.V. Black perfecciona aún más las propiedades mecánicas de la amalgama, principalmente en relación con la expansión del material.

2ª GUERRA DE LA AMALGAMA (1926): en Europa -concretamente en Alemania- surgen preocupaciones científicas sobre la seguridad de la amalgama en términos de salud para sus portadores a raíz de un Informe del profesor de Química, el Dr. Alfred Stock, del Wilhelm Institut. Stock describió su experiencia con la amalgama, que había destruido gran parte de su vida, como productora de vapor de Hg. Sus detallados experimentos científicos han adquirido sobrada validez, dado que pudieron ser confirmados sus hallazgos en la actualidad por investigadores independientes.

El Dr. Stock recomienda evitar completamente la amalgama como material de obturación o no utilizarla si existe otra alternativa, debido a la exposición continua al Hg, aunque sea una dosis pequeñas, pues puede dar lugar a síntomas como cansancio, depresión, irritabilidad, mareo, diarrea, falta de apetito, catarros crónicos, etc. Este autor llega a hablar de las amalgamas como “grave delito contra la humanidad”. Fue el Dr. Stock quien acuñó el término micromercurialismo y clasificó la sintomatología de él derivada en 3 categorías o grados. Las reacciones a las tesis de Stock (a favor y en contra) no se hicieron esperar.

Los postulados de Stock tuvieron siempre enfrente a la gran defensora de la amalgama, es decir, a la ADA, para quien la amalgama era (es) el mejor material para restauraciones dentales, tanto por sus características mecánicas como por su inocuidad (excepto en el caso de “escasísimas” documentaciones de reacciones alérgicas o de hipersensibilidad al Hg). El trabajo de 1857 del Dr. Kart O. Frykholm, publicado en la revista Odontológica Scandinavica en Suecia, constituye para la ADA la gran “prueba” de que la amalgama dental no es peligrosa para el organismo, con la excepción de muy pocos individuos exageradamente sensibilizados frente al Hg.

3ª GUERRA DE LA AMALGAMA (1978) : estalla en Suecia y fue una lucha de 12.000 personas organizadas y de las propias autoridades suecas frente a los riesgos del Hg. Como resultado de su labor investigadora e informativa se prohíbe allí la obturación dental con amalgama en 1997.

Pero ya desde 1991 las amalgamas fueron retiradas de las bocas de los suecos y cambiadas por empastes de otros materiales con cargo a la Seguridad Social porque se había demostrado su toxicidad. También ha habido “batallas” en países como la antigua Unión Soviética, donde la amalgama se prohibió en 1975 o en Japón, donde desde 1982 sólo se hacen empastes de plástico. Asimismo, los estados norteamericanos de California y Colorado, y el gobierno de Alemania, obligan a colocar carteles de advertencia sobre la amalgama en las clínicas dentales.

Se podría hablar ya de una 4ª GUERRA DE LA AMALGAMA a raíz de la macro reunión médico-científica celebrada en USA entre los días 1 y 7 de septiembre de 2006. El 7 de septiembre, después de escuchar y analizar las evidencias presentadas por defensores y detractores de la amalgama (representantes de distintas asociaciones médicas y de otro tipo, médicos, terapeutas e investigadores, políticos, abogados, y personas afectadas por los componentes de la amalgama —principalmente el Hg—), los investigadores gubernamentales de la FDA estadounidense contradijeron un Informe de investigadores federales y establecieron que “es preciso realizar más investigaciones”.

En este sentido, si bien los investigadores de la FDA no declaran a la amalgama como material no seguro, en una votación de 13 frente a 7, dicen que “... el Informe federal no presenta clara y objetivamente el estado actual de conocimiento sobre los empastes dentales” y “... en una segunda votación de 13-7, dijeron que las conclusiones del Informe sobre seguridad de la amalgama no eran razonables dada la cantidad y calidad de información que se puede manejar en la actualidad.” También dijeron que “... las persistentes incertezas respecto al riesgo de las así llamadas amalgamas de plata hacen demandar mayor investigación.

En particular, es preciso investigar sobre los efectos de los empastes mercuriales en niños y en los fetos de embarazadas con amalgamas”. “Hay demasiadas cosas que no sabemos, demasiadas cosas que no fueron consideradas”, dijo el Dr. Michael Aschner, catedrático de Pediatría y Farmacología en la Vanderbilt University, e investigador consultado por la FDA.

http://www.mercuriados.org/es/pag114

No hay comentarios:

Publicar un comentario